Eliseo Chaves
Mar del Plata, Argentina
30/11/11
Los
nematodos fitófagos causan daños en las plantas cultivadas, los cuales se
relacionan con pérdidas económicas en la producción. Para combatir esta plaga,
se aplican, generalmente, métodos de control químico, físico y cultural. Sin
embargo, ninguno de estos métodos es capaz de erradicar los nematodos y algunos
de ellos favorecen la contaminación ambiental y la degradación del suelo
El control de los
nematodos es crítico en el monocultivo y en los cultivos bajo cubierta, debido
al aumento progresivo de la densidad de las especies fitoparásitas en el
primero y a las condiciones ambientales propicias para el desarrollo de estos
organismos en condiciones de invernáculo. El productor se encuentra así ante el
dilema de una plaga que provoca daños en sus cultivos y cuyo control resulta
oneroso.
En relación con este
problema en cultivos intensivos, uno de los ensayos actuales es la utilización
de hongos nematófagos como técnica de control, si bien el conocimiento
de estos hongos como predadores de nematodos no es reciente. Mankau (1980),
señaló las características de los hongos nematófagos como agentes de control
biológico.
En Francia
se desarrollan diferentes cepas de estos hongos desde 1980, algunas de las
cuales son preparadas industrialmente y usadas con considerable éxito en el
control de los nematodos en invernáculos o en pequeñas extensiones. Por
ejemplo, el hongo Arthrobotrys
irregularis controla juveniles del nematodo del nudo de la raíz, Meloidogyne sp.; este hongo es utilizado
en cultivos hortícolas y florales, y en el cultivo de kiwi (Cayrol et al.,1992). Paecilomyces lilacinus
parasita huevos del nematodo agallador, Meloidogyne
sp., de los nematodos quiste de la papa, Globodera
rostochiensis y G. pallida;, del nematodo de la soja Heterodera glycines, del
nematodo de los cítricos Tylenchulus
semipenetrans y del falso nematodo del nudo, Nacobbus aberrans, entre otros. P.
lilacinus es considerado un agente de control biológico en regiones
tropicales y subtropicales.
Si bien hay datos que
demuestran la eficacia de los hongos nematófagos en el control de los
nematodos, sin causar daños en el medio ambiente, su utilización requiere tener
en cuenta eventuales riesgos ecológicos.
Los hongos nematófagos se
encuentran en pequeña cantidad en suelos agrícolas y son específicos de un
reducido número de especies de nematodos. De acuerdo con su forma de
alimentación, se dividen en predadores de juveniles y/o adultos, y en ovicidas.
Sus mecanismos de captura son variados, presentándose, entre otros, en red
(Fig. 1) y en anillos o botones pegajosos (Fig 2).
Fig. 1. Redes de captura: Arthroboytrys oligospora (tomado de G. L. Barron)
Pratylenchus penetrans y Tylenchorhynchus dubius fueron suprimidos por el hongo Trichoderma viride, en suelo mezclado con micelios del hongo (Miller & Anagnostakis, 1977).
Se
han citado poblaciones de hongos patógenos en cultivo de la remolacha atacada
por Heterodera schachtii. Un grupo de
ellos penetra en las hembras recién formadas que están en la raíz, Estos son Catenaria auxiliaris y Nematophtora gynophila. El otro grupo
corresponde a parásitos de los huevos, que pueden destruir el contenido de
éstos en los quistes: Verticillium
clamydosporium y Cylindrocarpon destructans. Hirsutella heteroderae parasita las
larvas presentes en el suelo (Hainaut,
Belgique, Colloque sur les Nématodes, 1984).
Por otra parte,:Catenaria auxiliaris y Nematophtora gynophyla
parasitan las hembras de Heterodera
avenae en la superficie de la raíz, rompen la cutícula y previenen la
formación del quiste (Kerry, 1980); y hongos que provocan el oscurecimiento de
los huevos de H. avenae y destruyen
las hembras, fueron descriptos por Walia et
al., (1998).
Verdejo–Lucas et al., (2002), señalaron la diversidad
de hongos parásitos de huevos de
Meloidogyne en cultivos hortícolas de Almería y Barcelona. España. Verticillium chlamydosporium, V.
catenulatum, Fusarium oxysporum, F. solani, Acremonium strictum, Gliocladium roseum,
Engiodontium album, Dactylella oviparasitica fueron los hongos asociados a
los huevos del nematodo agallador.
Olivares-Bernabeu
et al., (2003) realizaron una
prospección de los hongos nematófagos en bosque de Pinus-Quercus, y en
cultivos de Citrus. Determinaron que
los hongos nematófagos detectados dependen de la técnica de extracción usada; la
técnica de Dreschler (1941), modificada por Stirling (1991, da buenos
resultados.
En
un ensayo bajo cubierta, Oduor-Owino (2003), probó el uso de enmiendas
orgánicas, nematicidas y el hongo Paecilomyces
lilacinus para el control de huevos de Meloidogyne
incognita en cultivo de tomate. Observó que el menor índice de
agallamiento, menor número de agallas y población del nematodo, se daba en los
suelos tratados con aldicarb en combinación con P. lilacinus.
En Cuba se han desarrollado investigaciones para el
uso de Pochonia chlamydosporia var. catenulata en el control de Meloidogyne incognita, en sistemas de producción comercial (Montes de Oca,
2005.). P. chlamydosporia es
considerado uno de los organismos más promisorios en el control biológico de
los nematodos agalladores (Kerry y Jaffee, 1997), en particular, de huevos de M.
incognita (Kerry, 1987; Hidalgo, 2000). En evaluaciones de aislamientos
autóctonos de P. chlamydosporia, Hidalgo et al., (2000), seleccionaron la cepa Vcc-108 de P.
chlamydosporia var. catenulata como potencial agente de control
biológico de Meloidogyne spp.
Para utilizar los
hongos nematófogos como eventuales controladores de los nematodos fitófagos,
hay que realizar una prospección de los suelos en búsqueda de éstos, los
cuales, a veces, se encuentran entre las poblaciones de nematodos. Hay que
caracterizarlos, es decir, conocer su especie, y cultivarlos en medios de
cultivo apropiados. Luego hacer ensayos para confirmar su patogenicidad.
Sin
embargo, se debe tener en cuenta que a pesar de que los productos biológicos
basados en hongos, han demostrado eficacia en el control de los nematodos
fitófagos, sin causar efectos adversos en el medio ambiente, aun no se han
estimado los riesgos ecológicos, es decir, la toxicidad y la patogenicidad en
el ambiente, así como su dispersión y persistencia. Además,
es necesario un estudio previo de los posibles métodos de producción y la aplicación de un sistema de calidad que garantice productos seguros, eficaces, comercialmente viables y en concordancia
con el desarrollo de una agricultura sustentable (Montes de Oca, op. cit.).
Una investigación
interesante, ya no desde el punto de vista práctico, se encuentra en la
publicación de Ahren y Tunlid (2003), quienes estudiaron la evolución del
parasitismo de un grupo de ascomicetes que viven en el suelo como saprófitos o
parásitos. Mediante el análisis de la secuencia del ADN ribosomal 18S, los
autores han mostrado que estos hongos forman un clado monofilético y aislado
entre los ascomicetes.
Se encuentra una extensa
bibliografía sobre el control biológico de los nematodos fitoparásitos y, en
este sentido, el trabajo de Nivian Montes de Oca, citado, presenta una amplia
información.
Ahren, D. and A. Tunlid. 2003. Evolution of
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Cayrol, J-C.,
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Hidalgo, L. 2000. Potencialidades de
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en Ciencias Agrícolas. UNAH-CENSA.
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www.monografías.com/trabajos26/bionematicida/bionematicida.shtml
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Verdejo-Lucas, S., C. Ornat, F. J.
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Walia, R. K. and M. R. Dalal. 1998.
Black egg disease of Heterodera avenae
in Haryana (India) and the role of fungal parasites in the natural regulation
of nematode populations. Nematologia
mediterranea 26: 3-8.
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